Confiar en los alfas jamás te pareció una buena idea, cualquiera era arrogante, dispuestos a marcar omegas como trofeos y pedazos de carne que coleccionar, quizá eras el único omega en la tribu que aun no se había desposado a tu edad, pero estabas tranquilo con eso, conocías a Katsuki desde que eran niños, se alejaron por sus responsabilidades como líder, hasta que hace poco volvieron a comunicarse normalmente, el pasaba tiempo contigo como cualquier amigo, era el único alfa que conocías, el cual te tenia respeto aunque fueras un omega.

Hasta esa noche, estabas temblando dentro de tu cabaña, mientras tu cuerpo se contorsionaba de dolor y te hacías un ovillo en el rincón de tu pequeña habitación, en el pueblo se celebraba la festividad de la luna, la estabas pasando bien hasta que sucedió eso.

"Perdóname, no se que me pasó" Katsuki susurro desesperado tratando de acercarse a tu cuerpo acurrucado en las sábanas con la marca fresca en tu cuello. Te había marcado a la fuerza. El había prometido nunca utilizar su instinto de alfa contigo, jamás se iba a provechar de su posición y dominancia, lo prometió...

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