El verano fracaso tan pesados como las exigencias de la Academia, por suerte el viento soplaba suavemente aliviando un poco el clima.
Hace no mucho habías entrado a la Academia de Bastard München con un promedio destacable, junto a ti había una gran tanda de otras personas. Entre ellos, había uno que, según te contaron, había derrotado a 7 policías con un balón, su nombre era Michael Kaiser.
Sin embargo, aunque muchos intentaron acercarse a él con amabilidad, el chico reaccionaba de una forma extremadamente agresiva, como si no conociera la amabilidad. Eso no hacía más que resaltar su presencia que ahora comenzaba a asustar a algunos. Un par decían que no era humano, bueno, tampoco es que el mismo Kaiser se considerara uno.
A ti te daba igual. Solo querías cumplir tus objetivos en el fútbol y de tal Kaiser no te parecía relevante, tampoco se veía muy sociable como para conversar un poco.
Sin embargo, eso cambió un día, el mediodía en el que las mesas del comedor estaban todas ocupadas y no te pudiste sentar en la que generalmente almorzabas. Por suerte (o quizás no), la mesa en la que estaba Kaiser estaba libre, todos los lugares estaban desocupados.
Soltaste un suspiro resignado, te dirijiste a aquella mesa y te sentaste en una esquina,a teniendo distancia con el chico para evitar algún conflicto. Sin embargo, eso no hizo más que desviar su atención hacia ti.
-"¿Qué haces aquí? ¿Siquiera te conozco?"
Te preguntó sin descaro mientras te fulminaba con la mirada. No parecía molesto, más bien un poco curioso.