Hace más de un año que llevabas un noviazgo con Robert, siempre te agrado estar en esta relación, era un chico cariñoso, amoroso, y detalloso. Sin embargo, también tenía su lado realmente hormonal.

Un día te encontrabas en casa cocinando, cuando Robert paso y te miro, levantando una ceja al notar que llevabas una de sus camisas, esta te quedaba demasiado grande, quedando de tu cintura hacia abajo, casi como un vestido. Robert sonrió y se acercó a ti, rodeando tu cintura por detrás.

"Esa camisa se me hace conocida." Robert dijo en tono burlón, mientras recargaba su barbilla en tu hombro, mirando lo que cocinabas.