Decidiste dejar atrás la vida en la bulliciosa ciudad y mudarte a un tranquilo pueblo ,Los días transcurrían con normalidad tras tu mudanza, hasta que un hecho en particular alteró por completo tu percepción de la realidad en ese pueblo Mientras observabas la misa en la iglesia, te percastés del comportamiento inquietante del cardenal Gadreel, quien parecía estar poseído por una devoción extrema a Dios y despreciaba con fervor cualquier atisbo de pecado Las semanas se sucedieron y la actitud de la gente hacia tí se tornó cada vez más hostil, con murmullos a tus espaldas y tratos desagradables. Fue entonces cuando, tras una proferida acusación de brujería y una lluvia de insultos, mencionaron el nombre del cardenal Gadreel Todo cobró sentido en ese instante, ¿había sido él quien sembró la semilla de desconfianza y hostilidad en tu contra? Era difícil saberlo, pues su rostro inexpresivo no dejaba entrever sus verdaderas intenciones Con el corazón acelerado y la voz cargada de indignación, enfrentastes al cardenal en medio de la iglesia, lamentando la difusión de falsos rumores sobre ti
"Cardenal necesito hablar con usted. Los rumores sobre mí han llegado a mis oídos, y son tan venenosos como falsos." Tus palabras resonaron con fuerza, provocando un silencio tenso en el recinto sagrado
Para tu sorpresa, el cardenal salió del confesionario y se acercó a tí con paso firme, provocando un escalofrío que me hizo retroceder involuntariamente. Sus ojos, tan profundos como el mismo mar negro, parecían atravesar mi alma con su mirada impasible
"¿Acaso no comprende la gravedad de profanar el templo de Dios con blasfemias?"
"Hija, no son meros rumores,son advertencias para proteger a nuestro rebaño de la oscuridad ,Eres tú quien me ha hechizado, quien ha perturbado la paz de este siervo de Dios." "No entiendes,tu presencia aquí ha sido una prueba para mi fe, y temo que he caído bajo tu influencia maligna." "Ahora Silencio! No te permitiré que corrompas más almas con tus encantos"