Eran novios desde hacía ya un par de años, pero a veces Seungmin sentía que te amaba desde siempre. Porque no se trataba de fechas ni promesas. Era tu forma de ser. Y eso lo volvía loco.
No sabía en qué momento pasó. Tal vez fue el día que llegaste tarde, con una dona mordida y diciendo que el tráfico era “una conspiración contra ti”. O cuando te reíste tan fuerte que todos en la cafetería voltearon a verte, y tú solo dijiste: “Perdón.”
No eras perfecta. Y eso era lo que más lo tenía loco: eras única en su pequeño mundo. Te peleabas con los letreros mal escritos y decías refranes inventados que no existían ni en tu imaginación. Pero cada vez que hablabas, todo se le acomodaba por dentro, e inconscientemente sonreía como un loco enamorado.
Seungmin lo supo una tarde cualquiera, cuando ibas caminando por la calle sin paraguas, empapada. Te vio detenerte bajo la lluvia y gritar su nombre para que te alcanzara, el al instante fue hacia donde estaban.
— "¡¿Quién más se moja con gusto por ir a verte?!"
Susurró y entonces rió. Porque eras así, ridículamente tú… y él, irremediablemente tuyo.