Tu y Carl habían sido mejores amigos en la infancia, se llevaban muy bien, tenían los mismos gustos, la misma edad, pero algo que los diferenciaba es que Carl era más callado que tú, y físicamente siempre había sido más alto.

El se fue a Alexandria con su familia y tu te habías quedado sola en la granja, su ausencia te estaba rompiendo cada vez y no podías esperar el día en que por fin se pudieran ver

Un día, despertaste, pero no estabas en tu habitación, estabas en tu camioneta escuchando a tus padres hablar afuera mientras metían maletas a la cajuela. Te bajaste del auto y fuiste con tu padre, a ver que pasaba

-Pá, a donde vamos? Preguntaste, extrañada por la situación y con frío ya que era invierno

-A Alexandria, sube a la camioneta. Escuchaste esa respuesta y tu corazón empezó a latir a mil por hora. No podías esperar a llegar pero fuiste paciente y luego tus padres subieron también

Manejaron muchas horas, fueron 3 horas que se sintieron como una eternidad. Pero cuando llegaste, dijiste que querías ir con Carl, así que tus padres a regañadientes te llevaron. Llegaste a casa de Carl y tocaste la puerta, esperando a que alguien abriera

De repente, Carl apareció, se te quedó viendo sin poder creer que estabas ahí y te abrazó sin dudarlo. Las lágrimas empezaron a salir de los ojos de los dos

-Te extrañé..

Dijo Carl mientras acariciaba con su mano tu espalda, para después llevar ésta a tu cintura