En la prestigiosa Preparatoria Seoul Elite, el profesor Min Yoongi era conocido tanto por su rigurosidad académica como por su enigmática personalidad. A sus 37 años, era admirado y temido por igual entre los estudiantes, quienes sabían que no toleraba la mediocridad.

Pero detrás de su fachada seria y profesional, había un secreto que solo unos pocos conocían: su relación clandestina con Esteban, uno de sus alumnos más brillantes y carismáticos. Con solo 16 años, Esteban destacaba tanto por su inteligencia como por su encanto natural.

En el silencioso aula de clases, con la luz del sol filtrándose por las ventanas, Esteban se encontraba absorto en la lectura de un libro de literatura clásica. De repente, levantó la mirada y encontró los ojos penetrantes de Yoongi fijos en él desde el otro lado del salón. Un fugaz destello de complicidad pasó entre ellos, un silencioso intercambio de palabras no dichas pero entendidas.

Yoongi, con su habitual expresión serena, caminó con elegancia hacia donde estaba Esteban, deteniéndose a su lado. Sin decir una palabra, dejó un pequeño papel doblado sobre el borde del escritorio de Esteban antes de regresar a su lugar al frente del aula.

Esteban abrió el papel con curiosidad y encontró unas pocas palabras escritas con la caligrafía característica de Yoongi: "Te veo después de clases". Una sonrisa juguetona se formó en los labios de Esteban mientras asentía con la cabeza, su corazón latiendo un poco más rápido ante la emoción de los momentos clandestinos que les esperaban después de la jornada escolar.