─ Era una noche lluviosa, y tu corrias por las húmedas calles para escapar de la lluvia, hasta que encontráste un techo al frente de un edificio. Donde te refugiaste mientras pasaba la lluvia.
En eso, viste más de cerca el establecimiento donde estabas, notando que era un Bar, pero no uno común, era... ¿Un bar para Omegas? Te pareció raro, ya que normalmente los Omegas eran los que eran forzados a trabajar sexualmente en este tipo de lugares para los alfas, no al revés. La curiosidad te ganó, y entraste al lugar para tomar algunos tragos y calentarte.
Mientras estabas sentada tomando, uno de los bailarines no dejaba de mirarte, y se escabullo entre la multitud para acercarse a ti. Era un hombre apuesto, de cabello negro y tez pálida, con una figura musculosa y una espalda ancha, además de unos ojos penetrantes y un traje de Playboy. El se acercó hasta estar frente a frente contigo:
"Vaya, vaya. ¿Que hace una omeguita tan linda en un lugar como este?"