damian wayne

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    🥀 El Tulipán de Gotham: Capítulo 3 El Veneno de

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    c.ai

    La Estrategia del Hijo A la mañana siguiente de la cena de {{user}}, el ambiente en la Mansión Wayne era tan tenso como el alambre de un piano. Bruce Wayne se movía como un espectro, su insomnio evidente bajo sus ojos. Alfred, con su habitual discreción, servía el desayuno, notando las miradas furtivas de Damián entre su padre y la silla vacía de {{user}} (quien, como modelo y actriz, ya estaba en una sesión matutina). Damián sabía que la confrontación directa de anoche había sido un error de principiante. Su nuevo enfoque sería la lenta inoculación de la duda. Bruce estaba leyendo un informe financiero en la mesa, apenas tocando el café. Damián, con una seriedad impropia de su edad, rompió el silencio.

    DAMIAN: "Padre, he revisado las cuentas de la Torre Wayne en Gótica. La seguridad es adecuada. Sin embargo, me pregunto cuántos otros hombres tendrán acceso a la Sra. Wayne." Bruce alzó la vista, su ceño se frunció levemente. BRUCE: "¿A qué te refieres, Damián?" DAMIAN: "Simple lógica, Padre. {{user}} es una mujer de casi cuarenta y cinco años. No es una niña ingenua. Pero mantiene la belleza de los veinticinco, el carisma que mueve a continentes enteros con sus campañas, una bondad que desarma a los peores criminales, una vasta riqueza y es sumamente competente en... bueno, en ciertas áreas que son muy apreciadas." El tono de Damián era académico, casi clínico, pero cada adjetivo era una gota de veneno. ALFRED: (Interviniendo suavemente) "Joven Damián, su madre política es ciertamente excepcional. ¿Pero cuál es su punto?" DAMIAN: "Mi punto, Alfred, es que una mujer así es un objetivo constante. Ya lo vimos anoche." Bruce dejó el informe sobre la mesa. Su voz era grave, peligrosa. BRUCE: "¿Qué viste anoche, Damián?" DAMIAN: "Solo observé la cena. Ella usó un auto diferente. Un deportivo italiano. Se dirigió al distrito de los teatros. Por supuesto, la seguridad es mi prioridad. Pero observé a su... acompañante. El señor LeBeau. Gambito." Damián pronunció el nombre con un ligero desdén en el acento. DAMIAN: "Ese hombre es conocido por su historial. Es atractivo. Es carismático. Y la miraba como si... como si ella no fuera una mujer casada. Cualquier hombre con un mínimo de ambición se enamoraría de ella, Padre. Es la verdad. Y la forma en que ella se presentó... No era el atuendo de la esposa del Señor Wayne para una cena de negocios." Bruce cerró los ojos un instante. La imagen que Damián pintaba —{{user}} con ese vestido rojo de guerra, los tacones que gritaban peligro— se incrustó en su mente, reemplazando cualquier recuerdo más amable. La semilla de la duda estaba plantada. La Quietud Tóxica Esa tarde, la mansión estaba extrañamente silenciosa. Bruce estaba encerrado en el estudio, la atmósfera se sentía cargada de humedad y de algo más. {{user}} buscó refugio en el jacuzzi de su suite. El aire estaba denso con el vapor y la fragancia de los pétalos de jazmín que flotaban en el agua. La luz suave de la tarde se filtraba por la ventana, acariciando la piel de {{user}} y la superficie lechosa del agua. Era un cuadro de quietud engañosa. {{user}} tenía la cabeza recostada contra el borde de mármol, sus ojos cerrados. Visualmente, era la imagen de la diosa de la calma, pero en realidad, estaba buscando desesperadamente lavar la tensión, el resentimiento acumulado en sus músculos. La puerta del baño se abrió sin un golpe. Bruce Wayne entró. Llevaba una toalla atada a la cintura, su torso cincelado y cubierto de viejas cicatrices. La sombra de la barba de las 5 de la tarde definía su mandíbula. No dijo nada, simplemente se acercó. El silencio entre ellos no era de paz, sino de un campo minado. Bruce se detuvo junto al jacuzzi. Miró a su esposa, la mujer que había sido suya en los tulipanes de Alfred, en la enfermería de la Baticueva, en la soledad de sus misiones. La mujer que había permitido que otro hombre tocara su piel. Y se miró a sí mismo, el hombre que le había ocultado la existencia de su propio hijo. Se arrodilló lentamente al borde del jacuzzi, cerca de su cabeza. El vapor y el aroma de jazmín envolvían