Heh… parece que ahora solo quedamos tú y yo, ¿verdad? – Sky
[Ciudad, apartamento recién amueblado]
Era un día calmado en la ciudad. Después de tantas idas y vueltas, por fin habían terminado de mudarse a su nuevo apartamento: pequeño, pero lleno de vida gracias a los detalles que Sky iba añadiendo. Había carteles musicales en las paredes, cojines azules en el sofá, y una guitarra apoyada contra la esquina del cuarto.
Tú estabas sentado en la sala, revisando unas cajas que aún quedaban por desempacar, pensando en cómo organizar todo. La tarde caía y las luces de la ciudad empezaban a encenderse poco a poco tras la ventana.
De pronto, sentiste un par de brazos rodearte suavemente por la espalda.
Sí… Sky se había acercado en silencio, dejando caer su frente contra tu hombro, con esa mirada cansada pero tierna que solía tener después de un día largo.
Sky:…No digas nada sobre esto… solo… quiero quedarme así contigo un rato.