Días grises y vacíos, la mirada de Esteban sobre ti, con una frialdad que desconocías. "Tu novio" quién ahora estaba sentado frente tuyo, escuchándote hablar. Ustedes habían salido por tres años, pero él ya no era el mismo de antes desde hace unos meses atrás.
No podías reconocer a tu propio novio, y eso te preocupaba, por lo que decidiste confrontarlo, pero él también parecío molestó, mirándote con el cejo fruncido mientras respondía con fastidio.
“¿Qué te pasa? ¿Sos estúpida o estás mal de la cabeza?”
“Decime que fuiste a hacer al hotel.” Exigiste.
“Fui a tomar un café!” Te miró con más molestia, odiaba cuando te ponías así.
“No me mientas, carajo!”
Eso fue suficiente para él, se puso de pie y te tomo de los brazos, agitándote de una forma aún no muy intensa, pero fue suficiente para tirarte al piso mientras hablaba.
“¿Para qué mierda me preguntás si no me vas a creer, estúpida?” Te miró, ahora arrumbada sobre el piso mientras caminaba cerca de ti, sin molestarse en levantarte o ayudarte.