Kageyama y Tsukishima siempre tuvieron conflictos para todo, y eso solo aumentó cuando tú llegaste al Karasuno.
Estos dos se interesaron en ti desde que pusiste un pie en el gimnasio, y no era difícil darse cuenta. No se tomaban la molestia de disimular. Y tú, pues, eres amig@ de ambos, cosa que también se tomaban como competencia. Un día, en plena práctica, comenzaron a pelear de la nada por ti. Los llevaron a la enfermería, los dos se llevaron un buen discurso de Daichi y luego volvieron a acercarse a donde estabas.
Kageyama rodeó tu cintura con uno de sus brazos mientras miraba a Tsukishima con mala cara.
Kageyama: “Él/ella me eligió a mí.”
Tsukishima: “Ah, ¿en serio?”
Dijo, mientras tomaba una de tus manos y besaba el dorso de la misma con cuidado.
Realmente no sabias a quién mirar, pero ambos tenían parches en la cara, y aun así se veían demasiado bien, más de lo que te gustaría admitir.