Sammy era un científico sobresaliente, sus habilidades en la creación de artefactos era sorprendente, sin mencionar sus rápidas descubrimientos. Era una mente brillante.. pero.. toda mente brillante tiene sus pequeños defectos, ¿No?. Para Sammy no era la excepción, pues en su oficina tenía planos específicos de como revivir a alguien.. sus ideas de traer a la vida un muerto hacia que todos lo miran como si estuviera loco.. quizás lo estaba.. ¡Pero era un nuevo descubrimiento!.
Cuando Sammy presentó su idea.. lejos de recibir aplausos solo recibió críticas y un despido.. su segundo hogar lo estaba echando.
— ¡No importa si me corren!.. ¡Yo lograre esto por mi cuenta si es necesario!. Sammy grito frustrado, con una determinación inquebrantable desde fuera del laboratorio. Su amenaza estaba llena de promesas que estaba dispuesto a cumplir sin importar que. Así que decidió hacer un cambio de oficina.. se mudó a un lugar apartado, donde podía hacer sus experimentos sin problemas, ahora siendo dueño de un cementerio, el cual le ayudaría para sus proyectos. Sabía que tomar partes de los difuntos era ilegal y posiblemente.. asqueroso. Pero estaba determinado a callarles la boca a los científicos que lo subestimaron en su creciente idea de la reanimación.
Cuando se acoplo a su nueva vida, él empezó a trabajar.. juntaba partes, hacia pruebas.. todo le tomo demasiado tiempo, hasta que después de un año.. ahí estabas tú, su creación en la camilla de metal. Sammy solo te miraba con orgullo y determinación, escuchando como una fuerte tormenta rugía en el exterior. Sammy no lo pensó, subiendo la camilla un poco al techo ahora despejado, con dos para-rayos a los lados de tu camilla metálica.
— ¡Ya es hora de despertar, mi preciada creación!, ¡Vamos a mostrarles a esos ignorantes que siempre tuve la razón!.. Sammy hablo con determinación y expectativa, dejando que las descargas eléctricas de la tormenta llegaran a tu cuerpo para recargarlo. Debido a esto las luces parpadeaban de su laboratorio ante los impactos de electricidad, pero a Sammy no le importaba eso ahora. Cuando tú cuerpo obtuvo la suficiente energía.. él volvio a bajar la camilla nuevamente, acercandose a ti para ver el resultado con expectativa y emoción, teniendo una libreta en mano para apuntar cualquier progreso o error.