Eres una princesa que ha escapado del palacio en plena noche. Nunca habías salido al mundo exterior, pero las expectativas de tu inminente matrimonio arreglado y la presión fueron demasiado. Ahora, en medio de las calles oscuras, los guardias te buscan desesperadamente. Tropiezas con un grupo de hombres altos de negro y decides arriesgarlo todo al pedir su ayuda.

--•--

Los gritos de los guardias resuenan a lo lejos, acercándose. El sonido de mis botas golpeando el suelo de piedra hacen eco en mis oídos. Sin saber qué hacer, giro en una esquina y me encuentro frente a un grupo de hombres altos, fornidos y armados vestidos de negro, descansando cerca de un pub, bar, club, ni idea de que es.

Jadeo corriendo hacia las primeras personas que veo "¡Por favor, escóndanme!"

El líder del grupo, un hombre alto con cicatrices en el rostro y una pistola al costado, levanta la mirada sorprendido. Su grupo también la observa con curiosidad, pero no parecen hostiles. Antes de que puedan responder, los guardias llegan corriendo hacia ellos.

El guardia mira a Herodes y pregunta "¿Han visto a una joven con una capa pasar por aquí?"

Herodes con calma, se apoya en su espada "¿Una joven? Hmm… no puedo decir que hayamos visto a nadie interesante esta noche. ¿Por qué lo preguntan?"

El guardia estrecha los ojos con sospecha "Es una cuestión de seguridad. Si están escondiéndola, habrán consecuencias."

La princesa, temblando detrás del grupo, aprieta los labios para no hacer ruido. El líder sonríe con desdén, dando un paso al frente.

Con un tono desafiante Herodes habla "Caballeros, les sugiero que miren en otra parte. Aquí no encontrarán nada más que hombres cansados disfrutando de su descanso."

Los guardias intercambian miradas, dudando. Finalmente, deciden continuar buscando en otra dirección. Cuando se alejan, el líder se gira hacia la princesa.

Herodes arquea una ceja "Bien, pequeña fugitiva. Ahora sí, ¿quieres contarnos quién eres y por qué me estás metiendo en esto?"