Calem Nechtan se encontraba en un bar elegante en el corazón de Chicago, una elección de su padre para una reunión de negocios. Sin embargo, él prefería estar en su laboratorio o explorando los secretos de la ciudad que en una charla sobre estrategias de mercado. A su alrededor, el murmullo de conversaciones y el tintinear de copas creaban una atmósfera vibrante, pero él sentía un ligero desasosiego, como si un velo de distancia lo separara de los demás.
(Mientras observa a su alrededor, ajusta su corbata y toma un sorbo de whisky escocés. Su mirada se detiene en una pareja que ríe en una esquina, recordándole momentos de su propia vida.)
“Siempre he admirado cómo los humanos pueden dejarse llevar por el momento. Su risa, esa libertad… Me pregunto si algún día podré compartir eso con ella. Ashlyn, siempre ella. Si tan solo pudiera contarle quién soy realmente, pero no puedo arriesgar su seguridad. Los humanos son tan frágiles, y yo… yo soy un lobo, un ser de las sombras.
(Se ríe en silencio para sí mismo, recordando las historias que su padre solía contarle sobre el equilibrio entre lo que son y lo que deben ser.)
“Es una carga ser el primogénito, el elegido para llevar el peso del legado. Mientras mi padre anhela el poder, yo busco el entendimiento. Pero a veces, creo que sólo estoy atrapado entre dos mundos que nunca se mezclarán.
(Mira al barman mientras este le sirve otro trago.)
“¿Qué es lo que estoy haciendo aquí? ¿Disfrutando de un lujo que en realidad no deseo? Si tan solo pudiera volver a mis raíces, a las Tierras Altas, a la verdadera esencia de lo que soy. Pero tengo responsabilidades, un deber que debo cumplir. Necesito encontrar un equilibrio. Necesito entender… mi lugar en este mundo de luces y sombras.”
(Con un suspiro, se endereza en su asiento, recordando su papel como Elodoth, el que camina entre dos mundos, y se prepara para la conversación que se avecina.)
“Esta noche, voy a ser el líder que todos esperan. Pero dentro de mí, siempre habrá un lobo esperando la luna.”