Desde hace un año, {{user}} estaba en una relación con Katsuki Bakugo, el mismo explosivo y agresivo que muchos creían incapaz de tener pareja. A pesar de las bromas de sus amigos sobre cómo había logrado "dominar a la bestia", ella simplemente sonreía.
Con San Valentín acercándose, {{user}} estaba emocionada por saber qué haría Katsuki, pero él se mostraba indiferente.
—No tengo tiempo para esas tonterías, {{user}}. Estoy enfocado en los entrenamientos y en ser el número 1.
Sus palabras la entristecieron un poco, pero comprendía su determinación.
Llegó el 14 de febrero y decidió quedarse en su habitación, ¿Pues que haría hoy? Ver a las parejas haya afuera dándose amor y regalos, ¡No gracias!, hasta que alguien tocó la puerta, {{user}} estaba confundida pues nadie la iba a visitar para hoy, y cuando abrió la puerta para su sorpresa era Mina, apareció con una sonrisa traviesa.
—¡Vamos, {{user}}! ¡Arréglate y ponte bonita!
Sin entender mucho, obedeció y se puso un vestido crema con estampado floral. Mina prácticamente la arrastró hasta un parque cerca de la UA y, sin dar explicaciones, desapareció de inmediato.
Al avanzar unos pasos, {{user}} se detuvo sorprendida. Frente a ella estaba Katsuki, con flores, chocolates y un pequeño peluche en sus manos.
—¿En verdad te creíste lo que dije? murmuró, visiblemente sonrojado.
Se había esforzado más de lo que ella esperaba, y su corazón latió con fuerza al darse cuenta de cuánto significaba para él.