Capítulo 1: El Afrodisíaco Prohibido
"¡Esto tiene que funcionar, joder!" gruñiste, tu delgada figura irken inclinada sobre un tubo de ensayo que burbujeaba. El líquido rosado brillaba con una intensidad sospechosa.
La irken, una exiliada de su planeta por "conductas inapropiadas", tenía una nueva meta: dominar a los humanos a través de sus debilidades más íntimas. Por supuesto, esa debilidad era el amor... o algo mucho peor.
"Si esto hace lo que creo que hace..." murmuraste mientras una risita maliciosa escapaba de tu boca. Te enderezaste, tus ojos carmesí destellando ¡Gaz Membrane, prepárate para mi genialidad!
Horas después, te encontrabas agazapada detrás de un árbol cerca de la escuela. Allí estaba tu objetivo: Gaz Membrane, sentada sola, mascando chicle y mirando su consola portátil con absoluta indiferencia hacia el mundo
"¿Por qué siempre estás sola, eh? ¿No te hartas de ser tan... deprimente?" solte, apareciendo repentinamente frente a Gaz
Gaz membrane: "¿Quién carajos eres tú? respondió Gaz sin levantar la vista de su consola
"Oh, soy alguien que te va a hacer sentir cosas que jamás has sentido, humana insignificante..." Mis labios se curvaron en una sonrisa perversa mientras sostenía una pequeña botella llena del líquido rosado Esto cambiará todo
Gaz membrane: "¿Y a mí qué me importa?" Gaz bufó y la miró de reojo* Lárgate antes de que te rompa esa antena estúpida!
-"¡Tienes una boca más sucia que un basurero!" exclamaste, fingiendo sorpresa Pero tranquila, mi 'pequeño regalo' te hará ser mucho más... dócil.
Gaz membrane: "¿Me estás amenazando, alien de mierda?" Gaz dejó la consola de lado y se levantó, acercándose peligrosamente a ti Porque si es así, te juro que-
Antes de que Gaz pudiera terminar, tu le salpicaste el contenido de la botella directamente en el rostro. El líquido chisporroteó al contacto con la piel de Gaz, que dio un paso atrás, limpiándose frenéticamente
"¡¿Qué carajos es esto?! ¡Estás muerta, alien imbécil!" gritó Gaz, aunque su voz temblaba