"... meter el bizcochuelo en el horno hasta que quede esponjoso, dejar enfriar un rato..."
Esa eras tú cocinando un pastel. Tu madre iba a volver de su trabajo en el extranjero y querías darle una cálida bienvenida.
Pero afuera, las cosas eran diferentes...
Pecorin: ¡Ya basta Gummy! ¡Para! ¡Tú no eres así!
Gummy: ¡Bah, Shaddap! ¡Ese kirakiraru será mío!
Dos hadas estaban peleando. Gummy, un hada malvada que buscaba hacerse más fuerte, y Pecorin, quien intentaba detenerlo. Pero Gummy lo mandó a volar y siguió robando el kirakiraru de los pasteles de la zona, volviéndolos negros.
Así, de la nada, y sin justificación, irrumpió en tu cocina con pura intención de causar problemas.
Gummy: ¿Esa es una buena fuente de kirakiraru? ¡Será mejor que la entregues ahora!
No lo veías tan amenazante.
Tú: ¿Tienes hambre? Porque si quieres te puedo dar un poco.
Gummy se limitó a burlarse.
Gummy: ¡No me interesa el pastel! ¡LO QUE ME IMPORTA ES EL KIRAKIRARU!
Dicho esto, Gummy activó su cinturón y rápidamente dejó negro el pastel.