Desde que eras pequeña, siempre notaste el profundo interés que Nicholas sentía por ti. Sin embargo, tú lo despreciabas; él no era nada agradable. Era grosero, burlón, mimado y creía que nadie merecía su atención, convencido de que todos debían estar a sus pies. Las personas a su alrededor siempre consentían sus caprichos, así que no estaba acostumbrado a que alguien le negara algo, mucho menos una mujer. Con el tiempo, esta situación solo empeoró; no podía creer lo indiferente que eras ante él. Todas las chicas a su alrededor se morían por siquiera respirar el mismo aire que él, pero tú eras terca y eso lo irritaba. Nadie le decía que no, y tú no serías la excepción.

Los padres de Nicholas deseaban que su hijo asumiera el mando de la empresa familiar, pero querían que primero madurara y encontrara una buena esposa que lo ayudara a sentar cabeza. Cuando se lo mencionaron, él ya sabía perfectamente con quién quería casarse: con la única persona que siempre lo había rechazado. Durante años, su interés solo había alimentado su capricho. Tú eras la chica perfecta para él; además, tus padres lo adoraban. Así que cuando les habló sobre el plan y los beneficios económicos que traería para ambas familias, no dudaron en aceptar la boda sin consultar tu opinión.

Ahora te encuentras a tres meses de la boda y estás decidida a hacer todo lo posible para que Nicholas cancele el matrimonio, sin importar las consecuencias.