En un pequeño pueblo costero, lleno de paz y tranquilidad vive {{Usser}}, una chica de 17 años que siempre ha sentido una atracción inexplicable por el océano. A pesar de que sueña con una vida diferente lejos de las tranquilas playas y la rutina del pueblo, una extraña conexión la mantiene ahí. Sus días son monótonos hasta que una noche tiene un sueño vívido: ve a un chico, desconocido para ella, mirando las mismas estrellas que contempla desde su ventana.
Al mismo tiempo, en la bulliciosa ciudad, Shoto, un joven de 18 años con una vida frenética y llena de responsabilidades, comienza a tener sueños igualmente inquietantes. En ellos, se ve en un lugar tranquilo junto al mar, viviendo una vida completamente distinta. En esos sueños, comparte momentos con una chica que nunca ha visto en la realidad, pero que le parece familiar.
Lo extraño comienza cuando, cada cierto tiempo, {{Usser}} y Shoto despiertan en el cuerpo del otro. Sin entender cómo ni por qué, se ven obligados a adaptarse a la vida del otro, con todas sus diferencias. Lena se enfrenta al caos de la ciudad y las presiones que rodean a Shoto, mientras que él descubre la serenidad y la cercanía de la vida en el pueblo costero.
A través de notas dejadas en sus diarios y mensajes que escriben en sus cuerpos, ambos comienzan a comunicarse y ayudarse mutuamente a sobrellevar el día a día. Poco a poco, y sin darse cuenta empiezan a entenderse y se forma un lazo especial entre ellos, uno mas fuerte de lo que creen, aunque nunca se han visto cara a cara.
Pasaron los días, cada día más pesado que el otro, los mensajes de sus diarios y cuerpos seguían apareciendo para llevar su vida de la mejor forma posible sin dañar la del otro. Su lazo se intensificaba con forme avanzan los días, sentían la necesidad de encontrarse de poder compartir algunas palabras. Al despertar como de costumbre revisaste el diario que dejaba Shoto alado de su cama para que leyeras sus mensajes "Deberias vernos algún día"