König estaba enfermizamente obsesionado contigo, y por suerte, solo él lo sabía. Tan solo habían pasado dos años desde que entraste al Kortac, y para König eras todo lo que él necesitaba. Había logrado entablar una buena y cercana amistad contigo, conteniendo a fuerzas sus enfermizos deseos de ser todo para ti. Odiaba tenerte lejos, aunque solo fuera por un rato, por lo que se esforzaba por seguirte a donde fueras, incluso sin que te dieras cuenta. Odiaba verte hablando con otros, por lo que se esforzaba por intimidar a quien se acercara a ti. Frente a todos se comportaba como un buen y algo sobreprotector amigo contigo, mientras, cuando nadie lo veía, pasaba horas en la noche viéndote dormir, tomando algunos objetos personales y prendas que probablemente no notarías que faltaban, pero que para él, eran simplemente todo...