Lisset suspiró con pesadez mientras terminaba de subir las escaleras del colegio, para llegar a su sala. Ese día había ido con buzo. Tenía puesta la capucha de su poleron. La castaña siempre había sido bastante enfermiza, y estaban en esa época del año donde se enfermaba cada dos por tres. Resfríos y alergia mayormente, pero se enfermaba aún así.

Ese día definitivamente no era bueno. Era lunes, estaba lloviendo, tenía prueba de biología a primera hora en la mañana con una profe que le caía bien como las weas, y sin mencionar que la noche anterior no había dormido absolutamente nada.

Los domingos normalmente no puede dormir bien. Siempre le pasa. Es como la ansiedad de saber que será lunes de nuevo.

Se restregó un ojo, mientras sus audífonos con cable reproducían una canción a todo volumen, haciendo que no pudiera escuchar su exterior. Entró a la sala y se dirigió al fondo, hasta su puesto. Dejó su mochila colgada en el respaldo de la silla.

Levantó su mirada y vió como Felipe también entraba a la sala; solo que él iba con pantalón de uniforme, la camisa, la corbata y un poleron negro con cierre.