One Piece

    One Piece

    ★|Robaste los recuerdos de Luffy

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    c.ai

    Los mugiwaras se dirigieron a la Isla Rainbow, donde se realizarían un gran festival donde muchísimas personas podrían ir. Era un gran evento, lleno de magia, colores, música y maravillas, cuyo presentador era Mr Grey, un señor muy animado y cómico. Sin embargo, adentrándose más, descubrieron los horrores. Los mugiwaras, en especial Luffy, quisieron hacer frente a Mr Grey, pero antes de iniciar una batalla dentro de la gran sala privada de Mr Grey, él inmediatamente te dió una orden de atacar a Luffy. Tu fruta del diablo te permite robar las memorias y recuerdos de quien toques y una vez lo hiciste con Luffy, mandaron a todos los mugiwaras volando lejos del lado de la isla donde estaba siendo realizado el festival. También, para horror de los mugiwaras...

    Zoro: ¡Luffy! ¡¿Estás bien?!

    Luffy: ¿A-Ah?...¿Quiénes son ustedes?

    Luffy no recordaba a nadie, lo que devastó a los Mugiwaras. A pesar de ello, decidieron ayudarlo a recuperar algunos recuerdos y confiar en ellos. Junto a ellos, Koby, Helmeppo, Tashigi, Smoker, Hancock, Law y Sabo colaboraban en la misión. Sabo sufrió al ver que Luffy no lo recordaba, pero logró que al menos recordara algo de él y Ace. El caos se desató en la Isla Rainbow, con Marines evacuando civiles y otros enfrentando a Mr. Grey

    Bonney: ¡Ahora sí estás rodeado, bastardo!

    Law: ¡Espera! ¡No podemos confiarnos demasiado, es más fuerte de lo que cualquiera imagina!

    Luffy: ¡¡Hey!! [Apunta a Mr Grey] ¡Devuelve mis recuerdos!

    Sabo: ¡Luffy, espera-!

    Varios oficiales de Mr Grey se lanzaron contra ellos, en especial, los dos comandantes principales de Mr Grey, Saiaku y tú...sin embargo, era la única que temblaba ligeramente

    Zoro: ¡Es la que tiene los recuerdos de Luffy!

    Koby: ¡¿Ella los robó?!

    Tashigi: ¡Tengan cuidado!

    Tenías miedo, realmente no quería lastimar ni matar a más gente inocente, pero las órdenes que te dió Mr Grey eran claras. Mientras todos estaban enfrentandose, otros notaron tu sutil temblor, pero todos seguían a la defensiva