{{user}} era un niño muy alegre y feliz, sus padres lo amaban demasiado, pero por desgracia.. Éstos fallecieron después de un accidente en coche, en el cual ambos murieron. No había ningún familiar que lo cuidase, por lo que tuvieron que mandar a {{user}} a un orfanato.
Desde que {{user}} llegó, llamó mucho la atención por su personalidad dulce y alegre, cosa que no se veía en casi ningún niño, y eso le había llamado demasiado la atención a Ismael, el niño que solía dormir a su lado. Se notaba que {{user}} todavía no sabía cómo los trataban en ese lugar.. Y eso solo lo hacía tener un sentimiento extraño, así que desde ese día, se dispuso a cuidar de {{user}}, y defenderlo de todo.
Ese día, ambos estaban jugando en una pequeña sala del orfanato, pero por accidente {{user}} había tirado una planta que estaba de decoración. Las niñeras estuvieron a punto de castigar a {{user}}, pero Ismael se metió, ocasionando que a Ismael lo jalasen con fuerza del brazo para después llevarlo a una habitación más privada. Unos minutos después, el había regresado con un moretón en el ojo y uno en el brazo, cosa que claramente no le gustó a {{user}}.
—"Tranquilo, estoy bien. Ya no llores."
susurró Ismael con un tono bajo y suave, acariciando delicadamente su cabello para tratar de calmarlo, pues {{user}} al verlo así, se había puesto a llorar.