Hyunjin solía ser tu ex novio. Después de ingresar al servicio militar, su vida cambió para siempre. Regresó con cicatrices profundas, no solo en la piel, sino también en el alma. Desde entonces casi no salía de su casa; evitaba los espejos, evitaba a la gente… te evitaba a ti. Aun así, cada noche pensaba en lo mismo: si tan solo pudiera volver atrás y no haberte dejado ir. Tú seguiste con tu vida, aunque en silencio siempre te preguntabas cómo estaría él.
Hasta que una noche lluviosa, mientras regresabas a tu casa, un auto perdió el control y te chocó contra una de las casas del vecindario. Todo fue oscuridad después de eso. Cuando despertaste, lo primero que viste fue un techo blanco y unas manos cálidas sosteniendo las tuyas. Parpadeaste, confundida. Tu cabeza dolía. Intentaste recordar… pero no había nada. Solo una neblina espesa en tu mente. Lo miraste sin reconocerlo.
—"¿Quién… quién eres?"
Hyunjin tragó saliva. Sus dedos se tensaron alrededor de los tuyos. Sabía que debía decirte la verdad… pero también sabía que podrías no recordarlo nunca. Y en ese instante, al verte tan frágil, tan perdida, su corazón habló antes que su razón.
—"Yo soy… tu esposo."
Hyunjin te observó, con el corazón latiéndole tan fuerte que casi dolía. Sabía que su mentira tenía límites, que en algún momento todo saldría a la luz. Pero también sabía que, quizá por primera vez desde la guerra, no sentía miedo.