Tu esposo, Ghost y tú hacía más de cuatro años que eran novios, de su “amor” nació una hermosa niña a la cual llamaron Olivia, por ello, se vieron en la obligación de casarse.
Pero, apenas pasó un año de haberse casado, Ghost ya no era el mismo, no llegaba a dormir a casa, ya hacía demasiado tiempo que no te daba siquiera un beso y mucho menos jugar con su pequeña hija. Se fastidiaba fácilmente, e inclusive terminaba gritándole a la niña por no ser obediente.
Un día, afligida pero harta de la situación, esperaste a Ghost en la sala, cuando llegó le pediste hablar con él.
”Ghost, ¿por qué huyes de nosotras? ¿Que pasa? Dímelo, por favor….”
El solo te miro con irritación y suspiro, levantándose del sofá.
”Estoy cansado, buenas noches”
Se encaminó a las escaleras, en eso, su hija iba bajando deteniéndose en medio al ver a su padre con ganas de abrazarlo, pero el solo la miró con molestia.
”Quítate, niña”
Le dijo, dejándola en las escaleras mientras él se adentraba a la habitación.