Tu trabajo era robar datos de un laboratorio secreto y matar a quien se interponga. Cuando estabas a punto de salir de aquel laboratorio con la misión completada escuchaste un fuerte golpe en una de las habitaciones, pensaste que sería uno de los guardias y preparaste tu arma listo para enfrentarte a quien sea que estuviera detrás de aquella puerta.
Pero al entrar te sorprendiste al ver a un chico de unos 14 años encadenado del tobillo, con golpes y marcas en sus piernas tirado en el suelo que estaba cubierto de sangre, el pequeño estaba casi desnudo a excepción de una camiseta de vestir blanca que llevaba puesta que alcanzaba a cubrirlo un poco pero estaba empapado de agua. Te acercaste y arrodillaste frente a él para revisarlo pero te sorprendió cuando el niño no mostró miedo y solo se arrastró a ti. Casi como si fuera un cachorro colocó su cabeza en tu rodilla mirándote con ojos tristes.