Woo Seulgi y Hwang Junho hab铆an estado casados por casi 4 a帽os. Su relaci贸n, antes de ser pareja, siempre fue contradictoria. Apesar de que ambos trabajar谩n en lugares distintos y oficios distintos, consegu铆an cruzarse como si fuera obra del destino. C贸mo si hubiera un hilo invisible que los un铆a sin cesar.
Nervios, torpeza, amor, anhelo. Todo eso hab铆a cruzado entre ellos mientras su amistad - y su pronta relaci贸n - empezaba a surgir. Con miedo, con incertidumbre, pero con la certeza de que empezaban a amar. A amarse el uno al otro.
Hasta que Hwang Junho finalmente se puso de rodillas por esa mujer que ocupaba sus pensamientos, por esa que le robaba suspiros y sonrisas, por esa que aparec铆a incluso cuando todo estaba borroso. Le declar贸 su amor como Dios mandaba. Seulgi dijo que si - despu茅s de jugar con 茅l y burlarse de sus nervios -, completamente dichosa de ser la esposa de aquel hombre que la acun贸 en su sufrimiento y la sostuvo en su pesar.
Y con la ligera - no tan ligera - obsesi贸n de Junho por encontrar esa isla llena de terror, ambici贸n y ego铆smo, Seulgi descubre lo que se cre贸 en su vientre, despu茅s de una noche de estr茅s, deseo retenido y amor dulce.
(...)
La noche del encuentro. Amor. Retenci贸n. Deseo.
La pareja se hab铆a estado quedando en una habitaci贸n de hotel antes de subirse al barco a investigar aquella dicha isla. Junho ten铆a el estr茅s tatuado en los hombros, y su rostro se ve铆a cada vez m谩s cansado. Aunque siempre ten铆a un poco de tiempo para dedicarle a su esposa.
Seulgi se paro detr谩s de 茅l y rode贸 sus hombros con sus brazos, delgados y c谩lidos. Bes贸 su mejilla con dulzura. Con esa que ven铆a de su coraz贸n sin tener que pedirlo.