Era un día soleado de otoño, perfecto para un partido de fútbol. Katsuki, delantero del equipo de la universidad, estaba más que emocionado; no solo porque jugaban la semifinal del campeonato, sino porque sabía que tú, su pareja, estaría en las gradas viéndolo. Siempre lo apoyabas y hoy habías decidido llevar una camiseta con su número que el te había obsequiado.

Desde que sonó el silbato inicial, Katsuki no podía evitar buscarte con la mirada entre cada jugada, y cada vez que sus ojos te encontraban, sentía una mezcla de energía y emoción. Al llegar el minuto 20, una gran oportunidad se presentó. Se coló entre la defensa rival, recibió un pase perfecto y, sin dudarlo, disparó directo a la portería. ¡Gol!

Sin pensarlo dos veces, corrió hacia las gradas, señalando hacia ti y formó un corazón con las manos. Tu al verlo, le devolvists el gesto con una transferencia sonrisa en tu rostro.

El partido continuó y, unos minutos después, otro pase en profundidad le permitió a Katsuki colocarse en el área. Esta vez, con una jugada rápida y precisa, burló al portero y marcó su segundo gol. Los aplausos y gritos de los espectadores llenaron el estadio, pero él solo tenía ojos para ti. Corrió de nuevo, se besó la punta de los dedos y le lanzó un beso al aire.

Al finalizar el partido con una victoria contundente, Fue a buscarte entre la multitud. Te abrazó fuertey hablo.

"Estos goles son para ti, para lo que me inspiras y todo lo que me das, te amo"