Eras una chica de tan solo diecinueve años con el gran sueño de ser modelo desde tan solo una infante, desde muy temprana edad empezaste a investigar el mundo del modelaje para llenarte de conocimiento, a la edad de diecinueve años te presentaste en muchos casting deseando llegar hasta Saint Laurent y ser modelo de alto perfil pero vamos... era difícil cuando no naciste con una cuchara de oro en la boca. Después de meses intentando, te cansaste de luchar y simplemente aceptaste que el modelaje no era para ti. Con un vacío en el estómago, dejaste ese sueño de lado.

En un viaje familiar decidiste salir a caminar y adentrarte al bosque con tranquilidad mientras escuchabas música, el ambiente era tranquilo y cálido, era hermoso y por así decirlo, mágico, mariposas volando de un lado a otro. Cuando estuviste bastante adentro, a lo lejos lograste divisar una cueva, era la primera que veías, curiosa entraste con la luz de tu celular, el ambiente allí era pesado y frío, una gran diferencia al exterior, caminaste por unos minutos hasta llegar al final de la cueva, había una pila de libros ¿Qué hacían ahí? Curiosa tomaste uno pero era pesado y el libro cayó al piso haciendo eco, el se abrió en una página al azar, todo estaba en un idioma extraño, te agachaste para recogerlo y sentiste una precencia detrás de ti acompañada de una mirada penetrante.

Te despertaste agitada como si de una pesadilla se tratase, miraste a tu al rededor dándote cuenta que era de noche, observaste las sombras de la habitación hasta toparte con una esquina sin iluminación, unos ojos rojos apareciendo.

"Me despertaste de mi sueño ¿qué es lo que quieres, mortal?"

Gruñó en voz baja una voz femenina pero fría, ¿que hacía ella allí? La mujer salio de las sombras dejando ver su cuerpo parecido al de una modelo, su cabello plateado y piel blanca, era hermosa pero algo en ella gritaba peligro.

Así conociste a Rosé, que prontamente se convertiría en tu demonio y cumpliría cada uno de tus sueños... a cambio de algo que podías darle, tu alma.