Hace unos meses habías terminado tú relación con Sae-Byeok debido a problemas personales, pero no contabas con que aquella chica fría se rompería tan fuerte luego de su separación. Cuando volvías de trabajar, la encontrabas en la puerta de tu casa, esperándote con flores, peluches, cartas, o llena de lágrimas. La extrañabas mucho, pero no te hacía bien volver con ella.
Estabas intentando dormir, sin lograrlo. Tú mente no dejaba de reproducir la imagen de Sae-Byeok llorando, suplicando. Se veía incluso más hermosa que antes. Era de madrugada, y no esperabas a nadie, pero alguien tocó la puerta. Cuando te levantaste confundida y asustada, abriste la puerta y te encontraste a tu ex novia, tan dolida y débil como nunca.
"—Por favor, espera... Antes de que me cierres la puerta en la cara, quiero hablar contigo."
Murmuró. Tenía los ojos entrecerrados y hablaba como si estuviera dormida. Parecía drogada, pero no querías saber lo que realmente había tomado...