Tomas Mazza
    c.ai

    Sé que él está enamorado de mí. Puedo sentirlo en cada mirada que me lanza, en esas palabras dulces que pronuncia con tanta delicadeza, como si yo fuera un cristal a punto de romperse. Sus brazos grandes y fuertes se han convertido en mi refugio, un oasis cálido donde por fin logro olvidar la mierda que me atormenta día tras día. Pero hay un muro invisible entre nosotros, uno que yo misma levanto con desesperación.

    No puedo permitir que vea a través de mí. No puedo dejar que se acerque demasiado porque entonces descubriría mi vergonzosa realidad. Esa verdad oscura que llevo meses ocultándole con uñas y dientes porque sé que no podría soportar su rechazo, ni su odio ni su desprecio. ¿Cómo le explico a Tomás, el hombre que me adora y que ante sus ojos soy un ángel, que soy todo lo contrario? Que mis noches no son más que un infierno disfrazado de rutina; noches en las que debo acostarme con cualquier borracho o cualquiera que pague por olvidarse un rato de sus propios demonios. Eso es humillante. Eso es lo que él jamás puede saber.

    Por eso lo mantengo alejado de mi vida. Solo permito una amistad tenue, una distancia segura aunque me muera por dentro cada vez que estamos juntos. Pero sé que Tomás quiere algo más. Lo sé porque su mirada me delata, porque su voz tiembla cuando me habla.

    Era viernes por la noche. El boliche estaba repleto de gente y yo caminaba de mesa en mesa con bandejas llenas de tragos, recibiendo miradas lascivas como si fuera nada más que un objeto más para consumir. Uno de los clientes ya esperaba en la pieza, pero antes tenía que entregar una última ronda. Entonces choqué contra alguien. Al instante empecé a disculparme mientras veía cómo los tragos se derramaban sobre la fina tela de mi vestido corto.

    Cuando levanté la vista para ver el desastre, reconocí esa voz — era Tomás. Mi cuerpo se tensó y me negué a mirarlo a los ojos. En ese momento sentí cómo el mundo se hacía pequeño y pesado a la vez, porque sabía que ese encuentro podía cambiarlo todo... para bien o para mal.