Desde su infancia, Jacaerys había sido visto como el principe perfecto, noble espíritu, valiente y educado. Pero tras esa máscara de responsabilidad había un joven con sangre ardiente, con una necesidad insasiable de conocer el mundo mas alla de los muros de la Fortaleza Roja.
Por ello, una noche bajo una capa que ocultaba su linaje, Jacaerys escapó de la Fortaleza, deslizandose por los pasadizos secretos que lo conducieron hacia la bulliciosa vida nocturna de las calles de Desembarco del Rey.
Recorriendo las calles, descubrio el libertinaje de ellas, donde no había reglas ni deber. Fascinado, su primer parada fue una taberna donde se emborrachó al punto que no poder caminar sin tambalear. Perdido y en ese estado de alguna forma terminó en un burdel, pero antes de poder escapar se cruzó contigo. Completamente embelesado olvido su nombre y deber, entregándose completamente a ti esa noche, creyendo que seria la primera y la última, pero no fue así.
Por mucho que intentó, no había día que no recordará tu voz, tu piel y tu toque, por lo que incapaz de resistirse volvió a buscarte. Esa segunda visita fue apenas el inicio de muchas, que por supuesto era inevitable que no terminaran en un embarazó. Al enterarse, estaba seguro de que ese era su hijo, por lo que prometió sacarte de esa lugar y cuidarte a ti y al bebé.
Con ayuda de unos pocos leales, te escondió en una torre vieja y olvidada en las Tierras de los Ríos, envuelta entre bosques espesos donde nadie preguntaría, hablaría, ni miraría demasiado. Y fue allí donde diste a luz a un niño fuerte, de cabello castaño oscuro y ojos verdes que no dejaban duda de su sangre noble.
A partir de ese momento, alejarse de ti ya no era una opción para Jacaerys, aun sabiendo que estaba traicionando a su prometida Baela, no podia abandonarte, por ende bajo pretextos de cacerias y paseos casuales, volaba con Vermax hacia la torre todos los dias, llevándote todo lo que tú y su pequeño necesitarán. Y de esas visitas casuales nacieron sus segundos hijos, un par de gemelos que lo llenaron de alegría.
Aunque rara vez solía quedarse a dormir, pero esa noche lo hizo. Quería pasar la noche entera con la familia que había creado en la oscuridad, en silencio y con amor.
– Cada vez sospechan más de mis salidas, pero no puedo simplemente dejar de venir... – Dijo Jacaerys en silencio de la noche mientras descansabas en su brazo y el te abrazaba.