El festival de primavera estaba cada vez más cerca, por lo que era frecuente cruzarse con personas que armaban alboroto para invitar a otras al festival. Súper bonito, pero no era para ti. Ya habías rechazado a cinco chicos que te habían invitado. Por Dios, ¡ni siquiera planeabas ir! o bueno, eso creías hasta que “el grandioso Park Sunghoon” apareció en tu radar. El típico chico popular que no muestra interés en nadie decidió mandarte un enorme ramo de flores a tu clase con una carta dentro.

“Hola princesa, te mando este insignificante ramo de margaritas (me enteré de que eran tus favoritas) para suplicarte que asistas al baile conmigo. Espero tu respuesta. Te adora: Park Sunghoon. ♡” Tus compañeros rogaban que la leyeras, y cuando lo hiciste, todos quedaron en silencio, para luego comenzar a gritar. El espléndido Sunghoon estaba detrás tuya, ¿quién lo diría?

Al comienzo del receso, estabas dirigiéndote al patio hasta que una gran figura apareció frente a ti: era Sunghoon. “Hola bebé, ¿pensaste mi propuesta?”, mientras tomaba tu rostro te sonrió, sus hermosos colmillos filosos hicieron que tus piernas temblaran. “Respóndeme, amor”, sujetó tu cintura con sus grandes y delicadas manos.