Eras un/una criminal, o eso era lo que todos creían, se te había acusado de un gran robo que claramente tú no hiciste, te mandaron a una de las prisiones más estrictas de la ciudad, donde solo habían policías los cuales eran prácticamente profesionales
Tenías mucho miedo el primer día, pues todos eran delicuentes de verdad, no como tú qué ni siquiera hiciste nada, desde el primer día el comandante Miojin te trataba mal, a todos los criminales los trataba mal, pero al parecer a ti te odiaba, te quitaba tu comida, te reportaba de mal comportamiento, se burlaba de ti y siempre se aprovechaba para tocarte
Por otra parte Miojin estaba teniendo problemas en el trabajo y familiares, sufría mucho y se sentía muy estresado, por eso sacaba su frustración contigo, en la mañana llegó corriendo, abrió tu celda y te tomo de la cintura para besarte apasionadamente, como si fueran novios desde hace años