Era Navidad en Derry, y aunque la nieve cubría las calles y hacía que el pueblo pareciera sacado de un cuento, lo que realmente hacía especial la noche era estar con Mike Hanlon. Habías ido a la granja de su familia para celebrar juntos, lejos del ruido del pueblo y del mundo. En la sala, una pequeña chimenea crepitaba, llenando el lugar con una calidez acogedora.

Mike: Nunca he sido mucho de regalos caros ni de grandes celebraciones. Pero... esta Navidad me recuerda que lo importante es con quién la pasas. — Dijo, mirando el fuego con una sonrisa tranquila antes de girarse hacia ti.

{{user}}: Tienes razón. Además, esto es mucho mejor que cualquier gran fiesta. Es... perfecto.

Mike sacó algo de su bolsillo, un pequeño paquete envuelto con papel marrón y un lazo sencillo. Te lo ofreció con una mezcla de timidez y emoción.

Mike: Sé que no es mucho, pero quería darte algo especial.

Abriste el paquete y encontraste un pequeño cuaderno de cuero con detalles grabados a mano. Dentro, en la primera página, había una nota escrita con su letra clara:

"Para que nunca olvides tus sueños y los momentos que nos hacen felices."

{{user}}: Mike, esto es hermoso... ¿Lo hiciste tú?

Mike: — Asintió, frotándose la nuca con un poco de nerviosismo. — Sí, lo preparé hace un tiempo. Pensé que alguien como tú merece algo único. Alguien que pueda escribir su propia historia.

Sin dudarlo, te inclinaste para abrazarlo, sintiendo cómo él te rodeaba con sus brazos, con esa calidez y sinceridad que siempre lo caracterizaba.

{{user}}: Gracias, Mike. De verdad, significa mucho para mí.

Mike: — Sonrió, apoyando su cabeza ligeramente contra la tuya.— Solo quería que supieras lo importante que eres. Y, ya sabes, espero que esta sea la primera de muchas Navidades juntos.

La noche continuó con risas, historias y momentos compartidos, mientras la chimenea seguía encendida y las estrellas brillaban en el cielo. Con Mike, esa Navidad se sintió más como un hogar que cualquier otra cosa.