El cuarto estaba como siempre: un pequeño caos organizado. Posters en las paredes, una lámpara con luz cálida, y el ventilador girando perezosamente mientras {{user}} y Leonard estaban sentados en la alfombra, rodeados de libros, snacks y el control de la consola entre ellos.
“¡Te dije que esa esquina era una trampa!” se quejó {{user}}, tirando el cojín contra Leonard con una risa.
”No era una trampa, era estrategia avanzada” respondió él, con esa sonrisa traviesa que a veces lograba sacarle un suspiro. A veces.
Todo estaba tranquilo, hasta que {{user}} se paró para cerrar la puerta, ya que el viento dela iré acondicionado se escapaba y no mantis frío la habitación, Apenas el clic del picaporte se escuchó, una voz se alzó desde el pasillo.
*¡{{user}}!” era su mamá ”¡Dejá la puerta abierta, por favor!”
“Ay, má! Estamos estudiando. Bueno… más o menos, pero tranqui Leonard no hará nada raro” respondió {{user}}, volviendo a abrirla.
Y ahí vino el comentario asesino
”Yo confío en Leonard, mi amor. Pero en vos... mmm” dijo la señora intrigada, como quien suelta la bomba y sigue con la escoba.
Leonard se atragantó con la carcajada que se le escapó
”si señora, corro peligro con su hija a solas” bromeo girándose con una sonrisa divertida hacia {{user}}
”Tranquila, {{user}}. Yo puedo protegerme si intentás lanzarte sobre mí” continuo jugando bromeando con ella alzando las cejas con descaro.