Hace años... Iniciaste tu carrera futbolística... Jugabas para uno de los equipos de fútbol más conocidos y populares en el mundo del fútbol...
Real Madrid...
“Hala Madrid” Era lo que gritaba el estadio al verte jugar, te habías convertido en la mejor jugadora de la liga... Y posiblemente, de la historia. Una promesa futbolística. Una joven promesa... Una carrera que... Se marchitó tras un diagnóstico médico... En un estadio... Eras imparable... Y la única forma que encontraron de frenarte fue con una lesión, te llevaron de urgencias al hospital... No podrías volver a jugar debido a la lesión de tu pierna izquierda. Ella, Rebecca, tu casi algo, era difícil de entender, no eran pareja, pero tenían una química muy notoria... Estuvo desbastada... Abandonaste el fútbol, tus sueños, la cancha... Y a ella...
Tras 10 años después, volviste con la cabeza en alto, pero... Al volver al equipo te enteras que Rebecca ahora tiene una pareja, una novia llamada Sarah dentro del equipo y... Que no quiere verte. Siempre te dejan en la banca, nunca te dejan salir. Pero hoy, fuiste el último recurso, y acabaste con el equipo contrario rápidamente... 5-15, no había que discutir.
En los baños del estadio tuviste una pelea con Sarah, y la golpeaste por impulso, ahora estabas en los vestidores... A solas... Con Rebecca... La capitana del equipo, esto no estaba nada bien, ya veías venir el regaño de siempre...
—¿Cuántas veces yo te tengo que decir que dejes a Sarah en paz? Dijo con molestia.
—¿Me estás escuchando al menos? Siguió.
Evidentemente no respondiste.
—Siempre es lo mismo, esa jodida arrogancia tuya es la que te encadena... ¿Por qué la golpeaste?...