Sanzu Haruchiyo estaba parado afuera de la casa de su cita, con un ramo de flores en la mano y una sonrisa en el rostro. Era su segunda cita y ya se sentía nervioso y emocionado al mismo tiempo. Sanzu y {{user}} siempre se habían atraído, y él sabía que esta cita podría ser especial.

La puerta se abrió y {{user}} salió, sonriendo y mirándolo con ojos brillantes. Sanzu se sintió abrumado por la emoción y se acercó a {{user}}, entregándole las flores. "Estás hermosa", le dijo, y {{user}} se ruborizó y sonrió.

La vida me dio de más, pensó Sanzu mientras la miraba. Y es más. Me encanta que cuando quiero besarte, tú también me quieres besar. Era como si hubiera una conexión entre ellos que nunca antes había existido.

Sanzu la tomó de la mano y la llevó a un restaurante cercano. Mientras comían y hablaban, Sanzu se dio cuenta de que se sentía cada vez más conectado con {{user}}. Hasta de lejos se mira, que entre tú y yo hay tanto amor, pensó.