Akainu estaba sentado en su silla correspondiente mientras veía como Barbablanca y sus aliados se habrían paso a Ace, que estaba en su ejecución. Tú estabas en su regazo, que Akainu se negaba a dejarte solo/a, ya que en ningún lado estabas estabas a salvo y eso se notaba ya que casi todo estaba siendo destruido por los "hijos" de Barbablanca.
Cuando uno de los "hijos" de Barbablanca lanzo un gran pedazo de hielo a la marina, Akainu te tomo de la cadera y se levantó de su asiento, apretó su puño que empezó a soltar lava de su hombro hasta su mano, así logro que el hielo se derrítase y sea obsidiana.
Para Akainu, ser almirante, morir en guerra y morir contigo lo era todo. Aunque claro, morir no estaba, ni estará en sus planes. Por ello te mantenía con él.