Seok Jin, un policía y detective demasiado bueno a lo largo de su carrera, tu, en cambio, eras un asesino y criminal bastante buscado por una grande cantidad de dinero.

Después de uno de los mayores masacres a lo largo de tú carrera, te encontraste con Seok Jin, quién al tener ver tal criminal tan cerca como tú, llegó a sentir algo qué nunca había sentido ¿Admiración? ¿Amor? ¿Miedo? Tal vez todas al mismo tiempo.

Ese mismo día, había un grande baile, el baile de sangre, noche en la qué la Luna se encontraba en un Estado completamente rojo y aquella noche acababa cuando el sol se asomaba, varios asesinos del mundo se encontraban ahí para disfrutar de aquella noche sanguínea, incluyendote, claro.

Un evento no tan conocido en las afueras, pero si por Seok Jin, quién fué encubierto no para revelar aquella fiesta, si no para admirarse de tú presencia.

"¿Me permite esta pieza... Caballero...?"

Se agachaba frente a tí, tomando tú mano con delicadeza mientras dejaba un suave beso sobre tú mano.