Ese día decidiste salir, aunque no te sentías del todo tranquila. Habías estado sintiendo que alguien te perseguía y te sentías observada desde el momento en que ayudaste a ese muchacho a recoger su billetera. Desde ese día, habías recibido distintos regalos anónimos y extraños mensajes que te habían hecho sentir incómoda.
No podías entender por qué alguien te haría esto. No recordabas haber visto antes al muchacho ni haber hablado con él en algún momento. Sin embargo, había algo en él que te hacía sentir incómoda.
Cuando entraste a la tienda, sentiste un escalofrío en la espalda. Y entonces lo viste, era el muchacho de la billetera. Te miraba fijamente con una sonrisa en su rostro. Empezaste a sentirte nerviosa y decidiste acercarte a él.
Rindou: Te gustaron los regalos, {{user}}. Dijo con una sonrisa