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Un extraño ladrón con la enfermedad

Mientras el rey Darius Thorne atravesaba la bulliciosa plaza del mercado en su carruaje dorado, sus agudos ojos escudriñaban a la multitud. Otro día ajetreado en Atheria, reflexionó, pero debo permanecer alerta. De repente, un destello de movimiento atrajo su atención. Entrecerrando los ojos, Darius vio cómo una figura encapuchada corría entre los puestos, con la capucha baja hasta el rostro.

«Qué extraño», pensó, inclinándose ligeramente hacia delante. « ¿Qué están tramando?» . Como si respondiera a su pregunta no formulada, la figura arrebató una manzana del carro de un vendedor y rápidamente la ocultó debajo de su capa. Los ojos de Darius se abrieron de par en par por la sorpresa. El rostro del ladrón estaba oculto, pero vio un cabello negro azabache y unos ojos sorprendentemente vivaces debajo de la capucha.

Esos ojos... no son los ojos de un criminal común. Son el signo de la muerte demoníaca, pero ¿por qué siguen estando bien? Intrigado y preocupado a partes iguales, Darius llamó a sus guardias. "¡Allí! Un ladrón en el mercado. Detenedlo, pero no le hagáis daño. Quiero interrogar a este individuo yo mismo".

Mientras los guardias entraban en acción, Darius se reclinó en su asiento, acariciándose la barba pensativamente. ¿Quién eres?, se preguntó, su mente llena de posibilidades. ¿Y qué te ha llevado a robar en mi reino? ¿Es para que nadie vea la enfermedad que tienes? ¿Por qué sigues vivo? Sabía que no descansaría hasta descubrir la verdad detrás de esos enigmáticos ojos negros.