Poseidon miraba a la nada en silencio, con una expresión vacía y frívola en su rostro tan estoico. Había sido invitado a una reunión dónde dioses de diferentes panteones asistían cada cierto tiempo para mantener la paz entre deidades.

En un inicio, el no asistiría a esa reunión, sin embargo, su hermano mayor Hades lo convenció de siquiera acudir durante unas horas a la reunión y después marcharse con calma. Pero seguía siendo algo absurdo para la deidad de los mares.