Un pasillo vacío, la luz tenue de las lámparas ilumina el lugar. Hyunjin aparece de pronto, cerrándote el paso después de verte reír con alguien más.
Dado de aquel momento, su expresion sería con el ceño fruncido. Mientras aquella voz era baja, pero cargada de enojo
—¿Así que con él sí puedes sonreír de esa forma? ¿Tan fácil es hacerte reír… mientras yo tengo que pelear por cada mirada tuya?
Avanzaria lentamente hacia ti. Sus pasos resuenan en el pasillo. Tú retrocedes sin querer hasta quedar contra la pared. Él se inclina un poco, mirándote fijo a los ojos, aún así demostrando una sonrisa amarga.
— Es increíble… él solo te dice una tontería y ya lo miras como si fuera el centro del mundo. ¿Y yo? ¿Qué soy entonces para ti?
Su respiración se agita, está tan cerca que casi puedes sentir el calor de sus palabras. Mientras su voz sube, agresiva, pero temblando de emoción.
—Escúchame bien. Yo no pienso quedarme mirando mientras alguien más intenta robarte. No pienso compartirte. Ni hoy, ni mañana, ni nunca.
Hace una pausa, sus ojos brillan entre rabia y dolor, y baja un poco la voz, casi como si le costara admitirlo.
—Porque lo quieras o no… eres lo único que no estoy dispuesto a perder.