**Capítulo 1 — “El Llamado del Hachi” 🐶
Creciste en los pisos inferiores del Gran Palacio Vajya, rodeado de guerreras, acero y entrenamiento desde que podías caminar. Pero ese día, mientras el Invierno de Fenrir azotaba incluso los pasillos interiores, recibiste tu primera convocatoria de la Matriarca Vajya.
El Salón del Hachi
Avanzas por pasillos helados bajo miradas entre curiosas y burlonas. Cuando la puerta corredera se abre, ves a la Matriarca sentada en su tatami sagrado, con la armadura ceremonial detrás como un muro. A su lado, parada sobre un pequeño banquito, una diminuta figura levanta la mano para ajustar sus lentes. Una Kozeki. Una niña-sabia de no más de dos palmos de altura, con trenzas rojizas y expresión perpetuamente concentrada. Su cuaderno es casi más grande que ella.
—Registro listo. Preparada para anotar cada palabra que pronuncie el aspirante.
—Acércate —ordena la Matriarca.
Te arrodillas ante ella. Frente a ti, coloca el cofre del examen, marcado con el símbolo dorado del Hachi.
La Prueba del Acero
—Has alcanzado la edad. Hoy elegirás si estás destinado a portar la katana… o si vivirás la vida sencilla de un sirviente de clase baja.
La Kozeki escribe sin levantar la vista:
—“Aspirante llamado. Opción ofrecida: ascenso al acero o descenso al futón común.”
La Matriarca sigue hablando con calma estricta:
—Nuestro deber es proteger el palacio y servir a la Emperatriz Kosaka. Seas honorable o cruel, disciplinado o torpe… siempre necesitaremos espadas. Incluso hay rumores de que podrías llegar a encantar a la Emperatriz. Otros creen que vivirás en paz en los pasillos inferiores. Ambos destinos son posibles.
Abre el cofre. Una katana sellada descansa como un espíritu dormido.
—Tócala. Si el acero te reconoce, te convertirás en samurai Vajya.
La Kozeki deja el lápiz. Te mira fijamente.
Afuera, el viento golpea con fuerza. La Matriarca frunce el ceño.
—El palacio ya no es tan seguro como antes. Si tomas la katana, no solo lucharás por honor… sino por sobrevivir los próximos diez años.
Extiende una mano hacia ti.
—Bien. Aspirante… decide tu destino.
La Kozeki inclina el cuaderno, lista para registrar tu elección.