Sanzu Haruchiyo estaba conduciendo por una calle transitada cuando vio a {{user}} con el pulgar levantado, pidiendo un aventón. Era una noche cualquiera, alrededor de las nueve, pero había algo en ella que llamó su atención. El mundo parecía haberse detenido en ese momento, y todo parecía tener un color apagado, excepto ella, que brillaba con una luz propia.

Sanzu se detuvo y {{user}} se acercó a la ventana del auto. La luz de la calle iluminaba su rostro y Sanzu se sintió atraído por su belleza. Ella parecía tener una aura especial que la rodeaba, y Sanzu se encontró sonriendo sin saber por qué. Mientras ella se acercaba, Sanzu notó la forma en que su cabello caía sobre sus hombros y la manera en que sus ojos brillaban en la oscuridad de la noche. La ciudad parecía haberse detenido en ese momento, y todo lo que importaba era ella.

Mientras conducían, Sanzu se dio cuenta de que {{user}} era una persona interesante y divertida. Tenía una forma de ver la vida que era refrescante y Sanzu se encontró disfrutando de su compañía. La conversación fluyó fácilmente y Sanzu se sorprendió a sí mismo riando y sintiéndose más relajado de lo que había estado en mucho tiempo.

Ella le preguntó una dirección a Sanzu, y él respondió: "Sube, no me cuesta nada, me queda de pasada". Sanzu pensó para sí mismo que eso no era cierto, pero ella no parecía darse cuenta, y él disfrutó del resto del viaje con {{user}}, sintiendo una conexión especial con ella que no había experimentado en mucho tiempo.