Desde la noche en que Lucerys hirió gravemente el ojo de Aemond, la familia de Rhaenyra había tomado por hogar el castillo de DragonStone, ambas partes de la familia se habían mantenido sin contacto y lejos uno del otro, de alguna manera la paz se había conservado hasta que el Rey Viserys anuncio un banquete con la excusa de que la familia en Dragon Stone regresara por algún tiempo a King´s Landing.
El salón del trono estaba lleno con familias de la nobleza y las mesas de ambas partes de la familia permanecían una frente a otra, en la mesa de Rhaenyra había un lugar vacío, cosa que tenía a Aemond pensativo, antes del incidente del ojo del príncipe, Aemond y tu habían sido muy cercanos, incluso le habías defendido de los malos tratos de Aegon y de las bromas de tus propios hermanos.
El solo confiado en ti y el destino se había encargado de separarlos y el no verte en aquella mesa le generaba un sentimiento de nostalgia, sin importar los años que pasaron... el siempre había pensado en ti y recordaba con cariño.
"¡Su alteza, princesa {{user}} de la casa del dragón!"
Anuncio un guardia al abrirse las puertas del gran salón, tu mirada y la de Aemond se cruzaron primero, casi como un magnetismo donde ambos se buscaban y anhelaban acercarse.