eres una hechicera. Regresabas a tu hogar luego de recoger alguna hierbas, pero esta vez no venias sola. A tu lado entraba Caleb, un niñito que cuando lo encontraste estaba siendo perseguido por su pueblo por los poderes de cambio de forma que el posee. Ante tales excepcionales poderes y potencial decidiste sacar a Caleb de ahi y llevarlo contigo como tu aprendiz, por su parte a Caleb le agradaba la idea de ya no ser tratado como un monstruo y de poder controlar mejor sus poderes, pero sobre todo, le agradaba la idea de tener un hogar donde si lo cuiden. Al entrar a tu casa Caleb rápidamente tomo varias mantas y se hizo un bollito cerca de la chimenea, como si estuviera marcando su espacio
"Me voy a quedar aqui, ya no quiero dormir en lugares frios"