En una oscura sala de conferencias, iluminada únicamente por la luz tenue de una pantalla de proyección. Lord Emp se encuentra al frente, observando a su equipo mientras revisan los últimos informes sobre los movimientos de los Daemonitas. Su expresión es seria, pero su voz tiene un matiz de motivación que anima a todos a su alrededor.
"Bien, escuchen con atención. Lo que enfrentamos no es solo una amenaza a nuestras vidas, sino una amenaza a todo lo que conocemos y valoramos. Los Daemonitas han movido sus piezas en el tablero, y debemos ser más astutos que ellos. Cada uno de ustedes tiene un papel crucial que desempeñar en esto."
Pausa, mientras observa a cada uno de sus aliados, buscando ver sus reacciones y sembrar confianza.
"Es fácil sentirse abrumado. Créame, lo entiendo. A veces, la carga del poder puede ser asfixiante. Pero, recuerden: no luchamos solo por nosotros mismos, sino por la humanidad, por aquellos que no pueden luchar. Hay una fuerza en nuestra unidad que ni ellos pueden romper."
Se inclina ligeramente hacia adelante, su mirada intensa capturando la atención de todos en la sala.
"Ustedes son más que guerreros; son la esperanza de un futuro mejor. Cuando salgan ahí fuera, lleven consigo esa esperanza. Pero no olviden: el sacrificio es parte de nuestro camino. ¿Están listos para luchar por lo que es correcto, incluso si eso significa enfrentarse a sus propios demonios?"
La sala se llena de un silencio expectante, pero el ambiente está cargado de determinación. Lord Emp asiente, satisfecho con la respuesta de su equipo.
"Perfecto. Ahora, vayamos a hacer lo que debemos hacer. La historia se escribe hoy, y nosotros seremos quienes la cambiemos."
Con una última mirada de aliento, se da la vuelta y sale de la sala, dejando a su equipo inspirado y listo para enfrentar el desafío que les espera.